Bye bye Madrid - TAMPU

El hecho de mudarme y dejar un piso siempre me ha resultado insufriblemente nostálgico. Me propuse hacerlo paulatinamente, durante mi última semana en Madrid, entre borrachera y resaca, para tratar de engañarme a mí mismo.

Lamentablemente no funcionó. Y los dos últimos días fue a tiempo completo. Al mediodía del segundo día ya con la cosa bastante controlada decidí darme un último homenaje antes de dejar los madriles.Llevaba tiempo con un peruano en mente en la zona de prosperidad, así que no hubo problema a la hora de elegir el sitio.

TAMPU - Suero de Quiñones 3 - Prosperidad

El local tiene una larga barra y en paralelo se situan varias mesas, dos de las cuales estaban ocupadas por peruanos (“buena señal, hemos triunfao!!”). Para las cenas tiene un sotano mucho más amplio. Me sente en la mesa y me puse a ojear la carta mientras me tomaba una cerveza rubia Cristal, genial para el verano.

Había pensado en pedir un menú degustación (22 euros) pero el camarero (todo un crack de los que viven y conocen su trabajo) me hizo varias sugerencias y decidí (o mejor dicho decidió) que el fuera el que eligiera el menú. La verdad es que acertó totalmente.

Creo que fue Vazquez Montalbán quién dijo que comer solo es una acto de onanismo y estoy de acuerdo, mucho mejor en compañía. Sin embargo, el hecho de no tener ningún distractor permite que te centres en lo que comes y en este caso fue genial porque el ceviche merecía toda la atención.

CEVICHE de corvina, camarón y mejillones 

Ceviche

Se trataba de un ceviche estilo norteño que es conocido como ceviche arcilloso por el color marrón que le da el ají. Este ceviche es mejor que he probado en mi corta experiencia por la cocina peruana. Me parece de gran dificultad combinar el sabor ácido de la lima, el picante del ají y el cilantro (nunca fue de mis hierbas favoritas), en este caso la medida era perfecta. La acidez de la lima y el cilantro aportaban la frescura necesaria para que le picor del ají no se hiciera excesivo, aunque tenía suficiente protagonismo para dar el toque al plato. Por su parte el maíz aportaba la textura crujiente que cerraba el círculo.

Antes de llegar al segundo plato llegó una amiga y se acabó la concentración ¿Qué le voy a hacer? Soy débil y me distraigo con facilidad. Empezamos con los cócteles... aun así seguí con mis fotos y prestando algo de atención a lo que quedaba por venir.

De segundo pulpo sobre base de papa coronado con mermelada de arandanos peruanos (seguro que tiene un nombre con el que no me quede). Pincelada de ají a lo largo del plato y acompañamiento de salsa de aceitunas peruanas con un sabor intenso. Me sorprendió bastante, ya que desconocía que hubiera producción de aceituna en Perú. La producción se centra basicamente en el sur del país, en las regiones de Tacna, Arequipa, Ica y Moquegua donde se da el cultivo pero con ciertas deficiencias (falta experiencia, necesidad inversión, bla bla bla...)

Papa con pulpo

Y para terminar... como se puede ver en la foto algo light... Se trata de una base de bizcocho de mazorca morada (de hay su color oscuro) con helado de mango y frambuesa liofilizada bañado con zumo de guayaba y regado con un pisco sour. Imposible que algo así este malo no?? Lo mejor el helado y el zumo de guayaba, tanta la nata lo hacía algo pesado.

Y de postre...

Para finalizar más cocteles y más risas, tienen una carta bastante interesante para quién se quiera adentrar en la cultura etílica peruana (yo quería). Para ser las tres de la tarde lo hicimos bastante bien.

Pisco Sour

Yuakita

De precio sale sobre unos 25-30 euros, cocteles a parte. Si se busca una opción más económica tienen menu del día así como un menu degustación por 22 euros.

Un peruano auténtico por el que merece la pena pasarse. De precio algo más de lo que esperaba, pero la calidad y el servicio también fue un nivel superior al que pensaba encontrar.