Acabé comiendo en el restaurante “La Ostra” en la colonia Condesa, cerca de lo que fue el antiguo Hipódromo y que ahora ha dejado paso a un parque lleno de niños, runners y perros (muy dominguero todo). La Ostra es una marisquería de barrio, decorada con toques modernos y con un servicio diligente. Cuentan con una carta variada y una barra de mariscos donde se preparan ceviches y cocteles.
Nuevo León 109, Mexico DF
Se dice, se comenta, el rumor está en las calles que “La Ostra” está dirigido por la compañía que suministra pescado y marisco al restaurante Contramar… y aquí suena un crescendo de música clásica porque estamos hablando de un sitio “de categorie” o “especial” que dirían en Valencie.
Por tanto un sitio, bien montado,
agradable y sin grandes pretensiones, donde te puedes sentar un domingo tranquilamente y darte un homenaje. Hay un género fresco que
parece ser que viene bien avalado... A por todas pues, me pedí un taco de marlín escabechado,
ceviche y por último, un par de almejas. Vamos a ir por partes…
Tacos de marlín escabechado: muy
buen taco con el sabor de escabeche perfecto, no hacía falta añadirle nada y
mucho menos las 1000 salsas que se ofrecen, la verdad que en México se tiende a abusar de las salas. Muy bueno el guacamole de acompañamiento.
Ceviche de sierra: como estoy en
fase de “yo por un ceviche mato” no pude evitar pedirlo, además creo que es una
buena forma de juzgar técnicas y pescado. Sin embargo me decepcionó, para comenzar una apariencia curiosa, seguido por un sabor demasiado fuerte.
Un ceviche nada ortodoxo que haría jurar a muchos peruanos pero por lo que estoy viendo el ceviche varía mucho según países o zonas a pesar de que por el momento yo me quede con el peruano. Los ingredientes eran pez sierra, tomate, aceitunas, alcaparras, aguacate, lima (limón en mx) eneldo y perejil.
Cuando se unen tantos ingredientes y tan fuertes se puede acabar liando. Lo que ocurría era que el toque de las aceitunas y el avinagrado de las alcaparras junto con la lima le daban un sabor excesivamente fuerte. El toque del aguacate sí que me gusto, en parte, porque ayudaba a suavizarlo.
Pedí una ración chica y aun así
era un plato generoso, se podría tomar de aperitivo entre dos o incluso tres y así no cansaría tanto. Pero aun así
le sobre fuerza y un ceviche debe ser suave a pesar de la acidez.
Para terminar y cediendo a mi espíritu
investigador (donde otros dirían gula) pedí un par de almejas, una presentación
sencilla con una fina salsa de cebolla y soja. Me gustó tanto las almejas como
la salsa.
No es de los sitios más baratos del DF, tampoco caro. Un precio aceptable para lo consumido: 2 tacos, 1 ceviche, 2 almejas y 2 chelas: 266 pesos (16,50 euros así en euros suena
todavía mejor). Estando acostumbrados entre semana a la comida corrida por 40-50 pesos todo asusta. Pero en realidad, se trata de que me parece razonable.
Todo esto en un ambiente relajado, unos toques de moderneo (que siempre está bien) y buen servicio. Un sitio donde volver y seguir explorando su carta. Eso si, el tema del ceviche convendría solventarlo.
Todo esto en un ambiente relajado, unos toques de moderneo (que siempre está bien) y buen servicio. Un sitio donde volver y seguir explorando su carta. Eso si, el tema del ceviche convendría solventarlo.
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