lunes, 2 de septiembre de 2013

PERÚ: Cusco, capital del imperio inca II

Tras nuestra primera comida en Cusco en un pequeño restaurante nos fuimos a descansar y preparar nuestras mochilas. El día siguiente iba a comenzar pronto ya que a las 6 de la mañana nuestra furgoneta nos pasaría a buscar por el hostal y daría comienzo el Inka Jungle Tour.



Ya con todo organizado salimos a cenar. Optamos por un restaurante entre lo auténtico y lo cutre que prometía bastante. De nuevo rodeados por peruanos. Arroces, pastas y todo con buenos precios. Lo ideal para preparar nuestro Inka Jungle Tour que constaría de 4 días de intensa actividad física empezando al día siguiente con un descenso de 50km en bicicleta.

Pedimos arroz chaufa y noodles, decir que las raciones eran generosas sería poco, había carbohidratos para subir y bajar varias veces del Tourmalet. . Dos personas podrían comer tranquilamente con uno de esos platos y aunque llegamos con mucha hambre no pudimos acabárnoslo todo. Otro de esos  momentos Homer: Qué me ocurre?? Hay comida en mi plato pero no quiero comerla!!!!!!!






En cuanto a la fiesta, Cusco tiene mucho que ofrecer. En una ciudad donde convergen el 90% de los jóvenes que viajan por Sudamérica las ganas de fiesta sobran, hay unos cuantos oscuros locales, bebida barata y acceso a diversas sustancias intoxicantes. Con esa mezcla tiene que haber fiesta si o si. Por las zonas cercanas a la calle de armas hay diferentes garitos, bares o antros donde poder tomar unos bebestibles y conocer gente. Lo mejor salir en grupo y preguntar en el hostal cuales son los mejores sitios. 

Volvimos al hostal, nos juntamos con la chavalada que andaba tomando piscos y festejando el sabado con el convecimiento que la juventud nunca pasará. Rápidamente ya teníamos un grupete con el que salir, la noche prometía pero el despertador sonaría en escasas horas así que fuimos buenos y nos retiramos a una hora prudencial. 


1 comentario:

  1. Volvimos al hostal, nos juntamos con la chavalada que andaba tomando piscos y festejando el sabado con el convecimiento que la juventud nunca pasará. Rápidamente ya teníamos un grupete con el que salir, la noche prometía pero el despertador sonaría en escasas horas así que fuimos buenos y nos retiramos a una hora prudencial. ideandando.es/que-es-el-cristianismo/

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