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martes, 12 de noviembre de 2013

Millesime México 2013

La primera vez que me hablaron de Millesime México me hice la inevitable pregunta "¿Qué es Millesime México?" Se podría calificar como una feria gastronómica, claro!! pero es algo más. 




Para mí Millesime México es una experiencia gastronómica completa que tiene como fin la exaltación del paladar, del lujo, la cocina mexicana y la cocina internacional y por último, del gourmet que todos llevamos dentro. Millesime México reune en durante 3 días chefs y someliers de todo el mundo, además de una legión de gastrónomos y foodies.


Al caminar a través del pasillo de entrada las luces se atenuan y comienzas a sentir una sensación de atemporalidad  que te transporta como si cayeras por un agujero de conejo y al otro lado todo todo fuera vino en abundancia, manjares dispuestos para el disfrute sin fin y bonitas sonrisas.




Gran diversidad de preparaciones y alimentos a veces mexicanos, otras no. Los hostiones de baja california (de veras te transportan), o los erizos de mar con un toque de cacahuate y picante. La tradición yucateca de la mano de unos deliciosos tacos de cochinita (de los favoritos de muchos chefs), el aporte español con la cerveza mahou y una tapa de rabo de toro (como si estuvieras en Madrid), el ibérico de guijuelo, toques más lejanos de la mano de buenísimos sushis. Vinos de diversas latitudes... Y por supuesto, de nuevo México con el mezcal ("para todo bien", en este caso). 


El Chef Pablo Salas (Restaurante Amaranta)

Otro punto singular de Millesime México es que no se trata sólo de comer (o degustar que dirían los más recatados) al mismo tiempo que pruebas un plato puedes charlar con el chef que lo ha ideado acerca de los sabores, la preparación, su restaurante, próximos proyectos...

Todo un lujo, verdad? Y es que Millesime además de exaltación gourmet también es exaltación del lujo. Coñac Luis XIII, puros Davidoff, trufas italianas extraordinariamente aromáticas, caviar surcoreano (sorpresa!!), Moet Chadon (el de siempre)... Por si estos productos no aportaran suficiente distinción había un número mágico y límite... la barrera de los 800 invitados al día proporciona un mayor toque de exclusividad a los afortunados asistentes (como nos gusta el cordón de terciopelo rojo cuando estamos dentro).


Al final de día una copa en el lounge
Todo esto en un marco cuidadosamente organizado desde la entrada, la cuidada coordinación, la decoración exquisita de los lounges, la eficiencia del staff... Un todo que denota que detrás de Millesime México existe un trabajo bien hecho y un equipo experimentado.


Diversidad de Talleres
Y tras estos días de disfrute, habiendo degustado propuestas sorprendentes y charlado con grandes chefs e incluso mejor, habiendo compartido mezcal y risas (esa mezcla es la más honesta de todas) me quedan muchas fotos y testimonios interesantes que iremos desgranando en diferentes posts... keep in touch!!!

miércoles, 28 de agosto de 2013

TORTAS Don Polo, tortas serias

Me habían hablado de las tortas de Don Polo y, siguiendo mi teoría que todo bar o restaurante cuya denominación es un nombre propio rezuma autenticidad y solera, me dejé caer por allí un viernes noche  cuando los chilaquiles del almuerzo eran una vago recuerdo para mi estómago.


TORTAS DON POLO
Felix Cuevas 86. Frente al hospital 20 de noviembre.

Tortas Don Polo
Un local mucho más amplio de lo que me esperaba con entre 10-15 personas trabajando en él y una carta variada con desayunos contundentes, tacos, apetitosos jugos, antojitos y como no, las TORTAS.

Un restaurante que funciona con la eficiencia que sólo dan los años, camareros de toda la vida y personas en la plancha con experiencia y gran velocidad. Muy buen trato, la torta llega en cuestión de pocos minutos y te vas con ganas de volver.

Pedí una torta de bacalao, tenía curiosidad desde hace tiempo, una torta con una especie de "pisto" formado por tomate, patata y bacalao. Muy sabrosa. Una torta ligera sin sobredimensionar y que deja que se disfrute sin llegar a empachar.


Un corte excelente!!!!!!!
El tamaño de la torta es suficiente pero no te deja hinchado como las supertortas. Es cierto que habrá quien diga que prefieren una supertorta por 35 pesos, es cuestión de gustos y momentos. En ocasiones yo también soy un pinche puerco y me gusta ponerme hasta la madre de grasa. Como digo, todo es cuestión del momento...


Una plancha con historia
Me cuesta decir que no y tengo buen apetito... así que pedí otra torta, esta vez de pierna, es de mis favoritas, resultó otro gran acierto. Muy bueno ingredientes, pierna de verdad, no como si fuera un simple jamón york pasado por la plancha. Pan crujiente. Una torta ligera. Como acompañante un de refresco de toronja que junto a las chelas (no sirven en el Don Polo)  es la mejor compañía a una buena torta.


Torta de pierna
Precios no mucho más altos que las tortas callejeras situandose entre 35-40 pesos las sencillas y llegando hasta 52 pesos la torta de arrachera. De las mejores tortas que he probado hasta el momento y toda una institución en México DF con más de 50 años repartiendo tortas a dietro y siniestro... por algo será. En Don Polo se toman las tortas muy en serio.


jueves, 22 de agosto de 2013

Restaurante Angelopolitano: comida poblana en Mexico DF

Después de un nuevo tropiezo gastronómico en la colonia Roma, me encaminaba hacia el Angelopolitano, preguntándome qué sorpresas nos depararía este restaurante de comida poblana. Se diría que jugábamos sobre seguro ya que está en el nº1 de la lista de Restaurantes de Tripadvisor en Mexico DF (tiene pocas opiniones, pero todas excelentes), aunque ya hace un tiempo que he aprendido a desconfiar de estas listas.

ANGELOPOLITANO
Puebla 371, Roma Norte, Cuauhtémoc, 06700 Mexico, DF

Avancé desconfiado hacia el interior del Angelopolinato sin saber a qué atenerme. Una buena primera sensación tras pasar por un recibidor luminoso y una tienda gourmet fuimos recibidos amablemente. Subimos un piso y encontramos un comedor sencillo, lineas limpias y bien iluminado (algo de agradecer tras el romita). Sonaba una música agradable a un volumen moderado (incluso la hubiera bajado algo más).

Rapidamente fuimos atendidos por nuestro diligentísimo camarero que durante toda la noche estuvo atento y nos explico detalladamente los diferentes platos del menú.



Empezamos la cena del Angelopolitano con un caballito de tequila para templar el cuerpo tras la tradicional lluvia defeña que nos había acompañado hasta la puerta y pasamos a los entrantes que fueron una orden de chalupitas mixtas (pollo y cerdo).


Como plato fuerte probamos diferentes moles de la casa. El mole se trata de un plato muy típico de la comida mexicana y concretamente de Puebla. Una preparación fuerte y contundente por la cantidad de ingredientes y especias que contiene. Algunos lo han calificado como un gusto adquirido, cierto es que no gusta a todos pero es interesante probarlo y conocer uno de los platillos más tradicionales de las gastronomía mexicana.

La elaboración del mole es complicada y en esta receta podemos contar más de 20 ingredientes, algunos de ellos: canela, ajos, clavo, chocolate, cuatro tipos de chile, manteca... 

La palabra mole, originalmente servía para referirse a cualquier tipo de salsa y poco a poco fue tomando el uso actual para este tipo de salsa que se consume tradicionalmente con pollo.

- Pepian verde. Fue el plato que yo elegí, un mole más ligero que el tradicional que acompañaba bien al pollo. Quizas un mole adecuado para aquellos que se inicien en el mundo poblano ya que resulta mucho más accesible. Me pareció un buen plato.



- Pechuga rellena de queso de cabra y nueces con mole de higo. Probe algo de este plato, me pareció empalagoso y difícil de terminar por su contundencia. Se juntaba el sabor potente del queso de cabra con la potencia del mole más el dulzor del higo. No creo que sean sabores que funcionen bien juntos.



- Poblano del recetario de Madrina Clotilde (receta del siglo XIX, según dice su carta). Un plato para aquellos que quieran probar el mole más tradicional.



- Manchamanteles de la Nana Cruz con piña, platano y manzana.



Una buena cena: el servicio excelente, un local agradable y buena comida poblana que sin duda merece aventurarse más allá de los tacos. Es cierto, que algún plato no encaja, como la pechuga rellena de queso de cabra. La rúcula como acompañante no me llegó a convencer. Sin embargo, el restaurante Angelopolitano es un sitio con mucho potencial donde probar platos poblanos generalmente bien ejecutados y en un ambiente agradable.

En cuanto a los precios, los moles entre 130 y 155 pesos (hay uno de pato por 235 pesos que se desmarca del precio general). Entrantes entre 40 y 70 pesos. Algunas especialidades como el champandongo 155 pesos o el chile en nogada 180 pesos, sin duda, hay que volver a probarlas.




lunes, 19 de agosto de 2013

Tortas a la mexicana

Quizás aquellos gachupines que durante su tierna infancia vieran el chavo del 8, saben de lo que hablo cuando me refiero a las tortas mexicanas. Yo cuando era un pequeño gachupín nunca fui seguidor de la serie por lo que antes de llegar a México, no conocía lo que ahora se ha convertido una de mis grandes adicciones: las tortas.


Un buen ejemplar de torta mexicana
Las tortas es algo similar a lo que en España se conocería como bocadillos. Sin embargo, en México, el número de ingredientes suele ser mucho mayor que el de los minimalistas bocadillos españoles. La variedad de tortas es tan amplia como la de tu imaginación. Alguno de los ingredientes principales más comunes son: pierna, jamón, huevo, queso (mucho queso), chorizo, salchichas, queso, milanesa...

Y como ingredientes accesorios que acompañan a todas las tortas, solemos encontrar, aguacate, pasta de frijoles, jitomate (o tomate), mahonesa y para aportar el toque picante podemos optar entre rajas (jalapeños) o chipotle (crema de chile chipotle).

La combinación de los ingredientes hace que la torta rezume sabores a cada bocado, sin embargo, también la puede hacer pesada para los estómagos más delicados. Como precaución, y en base a mi experiencia, no pido (o pido poco) queso ya que el mazacote que suele caer es bastante serio con la grasaza que conlleva y provocando que el resto de los ingredientes queden eclipsados.

Todo esto son gustos personales, en definitiva de lo que se trata es de ponerse como un puerco (o cerdo) y disfrutar de la torta así que cada uno debe decidir sabores y acompañantes. 

Y... ¿Dónde comer esa torta soñada por el chavo? Al igual que los puestos de la Cruz Roja en la madrileña Cañada Real suministran metadona a los yonkis del barrio, paseando por el DF es muy fácil encontrar puestos callejeros que suministran tortas o supertortas a todos los adictos a este maná callejero. Los precios son ajustadísimos, alrededor entre 30 y 35 pesos. Y una curiosidad es que la mayoría de estos puestos están diseñados exactamente igual. 


El típico puesto de tortas

También existen locales en los que refugiarse y encontrar este mundano manjar. Yo soy más de puestos callejeros de mi colonia... De todas formas, la curiosidad de buscar "las mejores tortas" me ha empujado a visitar a alguno de los "tortodromos" más afamados. Como las tortas de Don Polo. En próximos posts iré comentando alguna de las tortas que me he encontrado por México.





martes, 6 de agosto de 2013

Restaurante Romita: postureo en la oscuridad

Hace unos días fuimos a cenar con unos amigos al Restaurante Romita, tras probar a reservar en varios sitios a los que les teníamos ganas descubrimos que no daban cenas los miércoles (¿¿??), siguiendo la búsqueda recordamos el Romita. Un sitio trendy situado en la Roma, con una bonita decoración y una carta corta pero con buenas opciones a precios correctos según pudimos consultar en su web.

Tras subir los dos pisos de una bonita escalera (el ascensor está fuera de servicio por tiempo ilimitado) nos recibió el encargado quién se agarraba a su libro de reservas cual Gulum al anillo de poder. Las primeras palabras que salieron de su boca fueron "ya iba a quitaros la mesa" o lo que es lo mismo "aquí mando yo", y yo pensando "venga pavo, relaja un poco que esto no es el Bulli"...

En lugar de la mesa que habíamos reservado en la zona del balcón, nos subieron a la parte superior del salón y nos señalaron nuestra mesa, una mesa de 6 para las 8 personas que ibamos. Rápidamente pudimos observar que la sala del Restaurante Romita aglutina tres de los pecados capitales de un restaurante: oscura, bulliciosa y pequeña.


Nuestra mesa a la luz de 1 vela y media
Y cuando diga oscura, no digo romanticona, digo que hacían falta gafas de infrarrojos, hasta el punto que el camarero saco una linterna para que pudiéramos leer la carta!!!!!!! Le comentamos al "barba chivo" qué ocurría con nuestra mesa original y nos respondió que en la zona del balcón había un evento de djs (lo cual me parece un postureo inmenso, propio de los sitios más "hola soy hipster") y que en cuanto a la luz ese era el "ambiente del local". Le pedimos más velas, al parecer el barba chivo se había levantado con mal pie "No hay más velas"... más tarde un camarero nos acerco una vela más.

Una vez acomodados, dentro de lo posible, pedimos varios entrantes y platos principales. Los platos tuvieron altibajos, bien el aguachile, bien el punto del atún, las tostadas (camarón, pulpo y atún) eran sabrosas, en especial la de atún con un toque de soja. En cuanto al pulpo, correcto si somos generosos (estaba algo gomoso) y acompañado de patatas fritas ¿¿?? en lugar de patatas cocidas como se hubiera esperado. 


Almejas a la luz de una linterna
Si vas al Romita no olvidéis la linterna!!!!

Todo esto a la luz de algún movil haciendo las veces de linterna improvisada (gracias ello se puede ver algo en las fotos) y con música electrónica excesivamente alta. En un restaurante se come pero también se habla, se come pero también se observa. Es inaceptable esa iluminación (o esa "no iluminación"). Y en cuanto a la música y eso volúmenes propios de antros poco puedo añadir a lo que dijo El Comidista (que es el puto amo) en este post donde aboga por restaurantes sin música, solo cito alguna linea:

"Creo que el boom de la música en los restaurantes fue un caso claro de modernidad mal entendida, emparentada con la entronización de "lo juvenil" que padecemos. Llegado un momento, decidimos que mola meter un poco de marchuqui en los comedores." 

 "Con la música pasa un poco como con el aire acondicionado, que el personal de servicio se vuelve insensible a ella. (...)sin caer en que pueden estar obligando a vociferar a la clientela."
Pulpo con patatas deluxe estilo mcdonalds


El comedor inferior
Respecto al servicio, amables unos, despistados otros y descoordinados en general. Tuvimos que pedir que nos acercaran la carta, aparecía un ceviche por aquí, al rato el aguachile, se cae una bandeja (al menos estaba vacía)... Los entrantes tardaron en llegar... Se retiran los platos sin orden... 

Eso si, la decoración muy bien, un lugar precioso ¿¿Será por eso porque todos los hipsters se mueren de amor por el Romita en tripadvisor?? ¿¿Nadie comenta nada acerca de la música, la oscuridad y los puntos bajos de alguno de los platos????? Sin duda la decoración es el punto fuerte, pero eso no lo es todo (ni mucho menos) en un restaurante. En un restaurante debes sentirte a gusto y poder disfrutar y en el Romita no se puede.

En cuanta a los precios, entrantes sobre 100 pesos, carnes sobre 150 y hasta 220 y pescado y mariscos sobre los 200 pesos. 

Como recomendación, si alguien, a pesar de esta reseña, se anima a pasar por allí, quizás sea más acertado acercarse a tomar un cóctel en la barra o pedir una mesa en la planta inferior ya que en el comedor de arriba la luz es inexistente.

Fotos de los entrantes iluminados con linterna, si no hubiera sido imposible hacer la foto:


Esto que era... a ver con la linterna... ahhh aguachile!!!



Últimamente digo que salir a cenar en la Roma es jugar en campo contrario, porque ya han sido varias las decepciones que me he llevado: Maximo Bistrot, Sesame y ahora el Romita.

En el lado de las alegrías Belmondo, Pan Comido o el más reciente y exquisito Rosetta. En mis lista de futuribles Los Tamales de la Roma, el japonés Omiya y algún otro que espero contaros pronto. Está claro que en la Roma hay un alto nivel de postureo, de ver y que te vean, por lo que conviene ir con cuidado a la hora de elegir restaurante.

De todas formas no me doy por vencido y seguiré buscando restaurantes de la Roma que ofrezcan algo más que postureo y oscuridad............

martes, 23 de julio de 2013

El VENADITO: las mejores carnitas al sur del DF

Una de las cosas que más me flipan de México es la pasión por comer y las conversaciones en torno al tema de la comida. Si buscas un tema del que hablar no preguntes acerca del tiempo como haría un inglés en un ascensor -aquí todo el mundo está acostumbrado al sol y resignado a los chaparrones vespertinos de la época de lluvias- pregunta por el platillo favorito de "cada cual" o dónde encontrar los mejores tacos.


El Venadito

Universidad 1701
Entre Miguel Angel y Arenal
Col. Chimalistac
Tel. 5661-9786


Y eso nos lleva a otro tema, esa obsesión de los aficionados al buen comer de conocer los mejores sitios, los más auténticos y los más escondidos. En este país, como digo es muy sencillo ir a tomar unas cervezas y regresar lleno de notas de taquerías, bares y restaurantes para probar. Nada mejor que preguntar, agudizar el oído y siempre aceptar las invitaciones de los locals que también gustan de llevar a los güeritos a descubrir nuevos lugares.
En una de estas ocasiones mis compañeros de chamba (curro) me llevaron a conocer un mítico de la zona sur de Mexico, de la zona de Coyoacán. “-¿Dónde comemos hoy? – Hoy vamos a probar las carnitas de El Venadito!!!” No se hable más…

Un trayecto algo más largo de lo habitual, unos tacos algo más caros de lo habitual y, sin embargo, por como se frotaban las manos mis compañeros mexicalis parecía que el esfuerzo sería recompensado gracisa a las carnitas que nos esperaban en El Venadito. Al llegar, una mostrador frente a los que se encuentran diferentes taburetes y el mítico “Tomasito” que lleva erosionandola tabla de cortar carne  toda una vida.

 

¿Qué son las carnitas? Dentro de la inmensa variedad de los tacos, las carnitas son tacos elaborados con carne de cerdo cocida en manteca (grasa) del mismo. Son sabrosísimos y, obviamente, grasositos pero están deliciosos.

Me gustan las carnitas, quizás algo pesadas (y eso que me caí dentro de la marmita de omeprazol cuando era pequeño), pero hay que reconocer que las carnitas de "El Venadito" son sabrosísimas. En el venadito creo que me comí unos 5 y la ración es suficientemente generosa como para sacar dos tacos con la segunda tortilla. Se combina la carne (maciza, costilla, cabeza, etc.) con cuerito (piel de cerdo frita) o chiquita (grasa más crujiente).

El precio algo mayor del habitual, pero no os preocupéis que podéis permitíroslo  son 16 pesos por taco (1 euro). Los tacos son generosos y podéis desdoblarlo en dos con la segunda tortilla y así probar diferentes combinaciones de salsas y aderezos. 

Sus salsas son exquisitas, yo probé de ambas, pero la verde es mi favorita. Aquí tenéis un video para ver el ambiente de El Venadito.


Mis recomendaciones, las de costilla con chiquita y maciza con chiquita. Me gustó la chiquita que no la había probado anteriormente y se trata de un tipo de chicharrón (grasa de cerdo) tostado y crujiente, el cuerito también es grasa con un toque más meloso y jugoso, no tan crujiente.

Se las piden a Tomasito aunque parezca que solo oye los acompasados golpes del cuchillo sobre la la tabla y que nada más levanta la cabeza para acercar el plato repleto de tacos, en seguida anotará mentalmente su orden y con la eficiencia que da la experiencia les preparará esas deliciosas carnitas.



Respecto a cuándo visitar El Venadito, hay que tener en cuenta que se trata de un sitio conocido y durante el fin de semana después de las 14h está muy concurrido. Por lo tanto, conviene ir con tiempo o prepararse para un chingo de gente luchando por su carnita.

El Venadito es un must para los amantes de las carnitas o quién busque un sitio auténtico.



miércoles, 17 de julio de 2013

No solo de sushi vive el japo

RAMEN YA
Fresas 59, Del Valle, Benito Juárez, 
Ciudad de México

Me suelo quejar que a la Colonia Del Valle le falta un poco de chispa, unas baretos, unas terrazas donde tomarse algo cuando cae la noche... sin llegar al postureo de la Roma (a ver quién se toma el café con el perro más grande) ni la algarabía cutre de la zona rosa. No sé, un rollito Del Valle, aunque sea un rollo tranqui pero hostia... algo!!!! 




Sin embargo durante el día la cosa cambia y las calles se convierten en un hervidero de viandantes (si me permitís el tópico) los puestos de tacos a full, que vas para insurgentes y casí te ponen el taco en la mano, y casas de comida corrida en todas las esquinas, varias tengo localizadas de las que merece la pena hablar porque en Del Valle a veces las cosas pasan desapercibidas, hay muchas calles que no te llevan a ninguna parte y por las que nunca pasarías. Una de esas calles es la calle Fresas donde se encuentra un restaurante japonés por donde vale la pena pasarse.

El día que comí en Ramen Ya llegué con toda el hambre del mundo, incluso las divertidas y amarillentas fotos del exterior me parecieron apetecibles. Sin pensármelo demasiado me decanté por el menú del día que además tenía giozzas (bien!!!!!) y una cervezuela para que junto con el hambre me hiciera compañía ya que me había aventurado en solitario por estos nuevos lares gastronómicos. 

Me gustó el local, pequeño, un techo muy alto (del que nos separa y protege una acertada lona amarilla) que da amplitud y evita los ruidos de las conversaciones. Apenas unas 10-12 mesas las cuales estaban todas ocupadas (mejor evitar las horas punta). Una rudimentaria cocina a la vista (no os esperéis showcooking ni nada por el estilo) por donde se puede entrever lo que se ocurre entre pucheros. Y un servicio amable aunque algo despistado (una pareja esperaba a que les acomodaran con una mesa libre hacía 5 minutos).



Pues en esas estaba yo, observando, tomando notas mentales, ensimismado en las conversaciones mentales con las burbujas que subían del fondo de mi vaso... y con bastante hambre... Viendo sorber con deleite a los comensales que ya andaban incandole el diente a unos boles de noodles con los que no podría ni Carpanta, "la próxima vez me pido uno de esos, decía yo...". "Y donde andarán esas giozzas???" pensaba yo... "Ese plato es para mí??? Siiiii!!!!!!!" 

Por fin, ya está aquí!!! Cierto es que la espera, aun no siendo excesiva, es más larga de lo habitual, esto es debido a que presentan todo el menú a la vez, sopa, arroz, gyozzas y salteado de cerdo con vegetales (130 pesos el menú). Probablemente si la sopa y las gyozzas se hubieran adelantado a sus compañeros mi estómago lo hubiera agradecido... pero bueno... imaginemos que es una costumbre nipona y añadamos más exotismo al ya de por sí peculiar restaurante japonés.

La verdad es que el menú es abundante y al principio casi no sé por donde empezar... Pero bueno poco a poco y paso a paso: La sopa estaba buena y sabrosa. Un buen aperitivo para reconfortar el cuerpo.




Las gyozzas una de mis debilidades, de cerdo y verduras, están bien. Además del vapor tienen un toque de sarten, en lo personal las prefiero simplemente al vapor. Y dos cosas curiosas, me las traen servidas al reves (se puede ver en la foto del menú completo), y pegadas entre ellas (quizás porque estaban congeladas ¿¿?? no me mojo): parece ser que alguien no tiene su mejor día en la cocina. En fin, las dejamos en justitas...

El plato principal es sabroso, verduras crujientes, bambú  zanahorias, col acompañadas de cerdo. No me dejo nada y una pena que no se pueda rebañar con los palillos.



En cuanto a los precios, para México el menú diario es algo caro 130 pesos (7,5 euros), en España un chollo pero aquí en el local de al lado puedes comer por menos de la mitad. Los platos fuera del menú están entre 100-120 pesos, pero lo dicho, te puedes dar un baño dentro. Sales comido y merendado, la próxima vez pillo uno y os cuento. En fin, pagas más pero comes algo diferente en un sitio diferente.

Bueno pues está fue mi furtiva visita al Ramen Ya, el sitio tiene sus ups and downs, pero me gusto mucho por su tranquilidad, amabilidad del personal y sin duda volveré a probar esos opulentos platos principales. A pesar de que la jarana nocturna esté por llegar, en la Del Valle si buscas, encuentras!!!!


lunes, 1 de julio de 2013

Vegetarianos defeños: Pan Comido

Debe ser duro eso de ser vegetariano en general, pero más en México. La sociedad mexicana es muy carnívora y lo del vegetarianismo no está nada extendido. Sin embargo, investigando un poco he encontrado varios restaurantes vegetarianos que tiene buen pinta y espero poder visitarlos. Pero poco a poco, no solo de verde vive el dadaista...




Por mi parte, simpatizo y entiendo muchas de las posturas de la opción vegetariana, sobre todo aquellas que critican la industria alimentaria y que proponen una alimentación más respetuosa con el medio ambiente. Sin embargo, mis arraigadas costumbres, mi pasión por la comida en general y cierto egoísmo pueden conmigo, de momento me quedo en el lado omnivoro. Sin embargo, intento practicar el Meatless Monday (lunes sin carne), un movimiento  que propone marcar el lunes como día vegetariano cada semana, bajo el lema "Es bueno para tí y bueno para el planeta".
"Bueno para tí, bueno para nosotros y bueno para el planeta"
Ser vegetariano en México, puedes acabar condenado a las grasas de las flautas de papa o a las de las quesadillas. Y a pesar de tus intentos, acabar comiéndote un arroz con verduras aparentemente verde que ha sido cocido con caldo de pollo. O caer en la trampa de las gelatinas y sus grasas animales. Dura vida la del vegetariano...

Sin embargo, siempre existe algún restaurante donde acudir e intentar salir de la rutina vegetariana o animarte al DIY y hacer tus propias elaboraciones, el comidista (que es el puto amo) siempre os puede ayudar con alguna de sus recetas y consejos. Imagino que este link disparará el tráfico en su blog, de nada Mikel ;)

PAN COMIDO 
Tonala (si tuviera número sería el 91)
Colonia Roma. Mexico DF... y en facebook

Vegetariano, bueno, bonito, moderno y barato, parece una misión imposible pero en mi opinión el Pan Comido cumple con todo.

El Pan Comido está en la Roma a pocos metros de la calle Alvaro Obregón se trata de una opción estupenda para comer un fin de semana (sabados hasta las 21h y domingos hasta las 18h) después de dar una vuelta por la zona, una de las más trendys de Ciudad de México.

Ocupa un pequeño local decorado con esmero y cuenta con un puñado de mesas en el exterior, ideales para disfrutar del sol o la lluvia, según dispongan los dioses mexicalis en estos inciertos meses del verano defeño.

En el Pan Comido se ofrece una buena variedad de sandwiches, hamburguesas, ensaladas, curries y falafels. Utilizando ingredientes que si bien, no son revolucionarios si que nos permiten salirnos de la normalidad: brotes, provolone, cebolla caramelizada, semillas... Y todo esto acompañado con un buen pan, algo que siempre se agradece pero más en México.

Mención especial merece la atención y simpatía del personal. Atentos, rápidos y dispuestos a explicar cualquier plato o a ayudar con cualquier otra duda. 




Los precios también ayudan, un plato y bebida puede salir por unos 100-120 pesos. Postres y tes van subiendo la cuenta pero se trata de un lugar barato y con gran relación calidad precio.

En cuanto a la manduca, que al fin y al cabo es lo que cuenta. Esto fue lo que nos despachamos. Empezando por toda una institución de la casa, la hamburguesa Da Vinci (70 pesos): Hongo portobello a la plancha con queso provolone gratinado. Un must si es tu primera vez.



Vishnú (60 pesos): Curry rojo con calabaza, zanahoria, chicharos, champiñoes y tofu.  Acompañado con arroz jazmín y un toque de yogur con pepino.



Sandwich de calabacín y berenjena:




Muy recomendable es el agua del día servida en frascos (es lo que se lleva) , buenísima y con relleno gratuito. También me habían hablado maravillas del té chai: servido con leche de soya y azucar mascarado (moreno). Es una buena forma de acabar la comida, sin embargo, demasiado dulzón para mi gusto.


En definitiva, un lugar con buen ambiente, comida diferente, gran relación calidad-precio y un buen servicio. Tiene pinta que El Pan Comido se convertirá en unos de nuestros sitios habituales.


lunes, 17 de junio de 2013

Maximo Bistrot: Si pero No

Después de unos meses en México, pasada la euforia del taco y atravesando una nueva fase de mi adicción a las tortas, tenía ganas de debutar en un buen restaurante de la ciudad. Catar un sitio fino, comer algo diferente y acompañarlo con un buen vino y mejor compañía: Good plan!!

Estuve buscando info para ver donde dirigíamos nuestros estómagos y vi que se hablaba bastante bien de un local en la Roma llamado Máximo Bistrot, el cocinero Eduardo García, un ex-Pujol, puso en marcha este local en 2011 junto a su mujer. 

MAXIMO BISTROT
Calle Tonalá 133
Roma Norte, Ciudad de México
52 55 5264 4291


Un bistrot en la Roma que es un barrio de moda, buen ambiente, con muchas terrazas, tiendas y muchos restaurantes. Nos pusimos pichis, saque la americana moderna a la par que estilosa y nos encaminamos al Maximo Bistrot.

Teníamos mesa a las 21h  y tuvimos que esperar media hora a que se empezaran a levantar los comensales del primer turno (1er down). Avisamos de nuestra llegada y nos dijeron que nos llamarían en cuanto hubiera mesa. Estábamos a la espera cuando una rubia que iba del rollo Shakira pero con mallas cutres de ir al gym se las arregló para que le dieran mesa antes que a nosotros (2nd down)



Nos sentamos en nuestra mesa y nos ofrecieron un buen aperitivo, ceniza de berenjena, que acompañó a nuestras cervezas mientras elegíamos. Empezamos a ojear la carta, si nos ponemos tontos diré que resulta muy complicado leer la carta a la luz de una vela, pero si la letra o la luz fueran mayores facilitarían el trámite... 

Siguiente paso, pedí un vino que me llamó la atención y no se iba de las manos. Un mendoza syrah, y lo sirvieron en vasos (3er down) si estoy en una cantina o un bareto me da lo mismo, pero si estoy en un restaurante molón y pido vino espero que al menos me lo sirvan en copas. Se lo comenté al camarero y nos trajeron dos copas. 

Tras pedir los platos, nuestros primeros llegaron con ligereza, yo que no me veía muy inspirado esa noche escogí una ensalada de alcachofas marinadas con vinagreta de mostaza que resultó ser un acierto. El aliño le daba muy buen toque. Por otro lado espárragos con salsa holandesa. Parece ser que los mejillones (u hostiones) eran el plato estrella porque no paraban de salir de la cocina pero, al igual que los espárragos, me pareció un plato demasiado básico para lo que iba buscando.
Ensalada de alcachofas - Espárragos
Pasamos a los segundos, a pesar de estar el sitio a tope, los platos salían con agilidad de la cocina, bien en el timing. Ya digo que no andaba muy inspirado y elegí como plato principal lechón confitado. La verdad es que la carne estaba muy sabrosa y tierna, pero algo pesado, eché en falta un acompañante (más allá del puré) que ayudara a refrescar un poco el paladar de la generosa ración de carne. Probablemente habría sido mejor decantarme por algo de pescado, no acerté en mi elección y es que de grandes cenas están las sepulturas llenas y después de mi plato también cate el lomo de cordero con reducción de px de mi compi... también me pareció bueno, sin duda la materia prima del Maximo es de calidad.


Lechón confitado y lomo de cordero con reducción de PX
De postre y para rebajar, un helado de limón, en homenaje a esos sorbetes de bodas ochenteras.

La cuenta, el pagatini o la receta: entre vino, dos platos, garito de moda y demás la cosa se queda en unos 500-600 pesos per capita (30-40 euros). La verdad es que para ser  México es una pasta gansa y se esperaría que no se dieran ninguna de las deficiencias que he comentado.



El local es agradable aunque con decoración espartana. El hecho de ser reducido hace que las conversaciones creen un incómodo ruido ambiental. Y por otro lado, la iluminación se pasa de íntima, una cosa es luces bajas creando ambiente (todos tenemos nuestras aviesas intenciones) y otra cosa es comer a la luz de una vela. 

En cuanto a comida tiene mucho que ofrecer, cierto es que yo no estuve acertado en la elección de mi segundo (aunque la carne estaba excelente). Sin embargo, no salí con buenas sensaciones, por el tema luz, ruido y resto de detalles señalados anteriormente. Hay ciertos puntos que un sitio de esta categoría (y precio) no puede descuidar.

Me quedo con ganas de volver y esta vez de día, a poder ser en la parte de la terraza para así ganar en luz y tranquilidad. Por el momento no he conocido ese Máximo Bistrot del que tan bien se habla en la red. (algunas reseñas: goodfoodmexicocity elpurogusto)



PD: Un caso curioso para ilustrar como es la sociedad y la administración mexicana, la hija fresa (pija) del Procurador Federal del Consumidor fue a Maximo Bistrot sin reserva le entro un berrinche y llamó a la oficina de su papa para que cerraran el restaurante. Y así permaneció por un tiempo, hasta que se puedo aclarar el asunto y reabrió. Más info sobre esta surrealista historia en excelsior y en chilango.