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martes, 5 de febrero de 2013

Restaurante Mina: modernos con raices

Las visitas al País Vasco siempre son profusas en lo gastronómico y esta vez no podía ser menos. Decidimos comenzar la ruta gastronómica con el Restaurante Mina de Bilbao. Uno de los platos fuertes, últimamente se está hablando mucho del Mina por su forma de combinar tradición y vanguarrddiiiiaarrrrr!!! Un cliché del que se abusa actualmente para hacer referncia a restaurantes pero que resulta muy complicado de cumplir.

RESTAURANTE MINA
Muelle Marzana, Bilbao
www.restaurantemina.es


 
El Restaurante Mina está situado a la orilla de la ria de Bilbao, justo enfrente del renovado Mercado de la Rivera… Para llegar pasamos frente a unos cuantos garitos de cachis y petas (todo muy neoyorkino, como si el sitio fuera estar camuflado para que solo los elegidos lo encontrasen).
El Mina cuenta con un agradable comedor y un joven y eficiente equipo de sala. Se puede elegir entre dos menús degustación (en la pagina web aparecen detallados) y otro todavía más amplio por encargo que consta de 14 platos. 

Nos quedamos con el reducido que resultó ser más que suficiente. Su precio fue de 52 euos + IVA. Un menú delicioso por las materias primas, la carne y el pescado era de “en pie para ovación"; la variedad y el equilibrio del menú; las técnicas (lo de las espumas me encanta, soy como un crio) y, finalmente, por la originalidad de los platos.

Entre mis favoritos estuvo el mejillón por lo refrescante, el foie (el toque amargo y la intensidad de la espuma) y la merluza y el lechal porque se trataba de una gran materia prima.

Aperitivo
Mejillón en jugo de coco y citronella y pulpa de tomate picante
Foie a la cerveza negra y tartar de gamba blanca de Huelva.
Vieira asada sobre crema de patata

 

Merluza del Cantábrico servida con cardo y jugo de pimentón

Paletilla de cordero lechal con crema de pan de especias y miso y trazo de cafe

 

Crema de almendra, lichi granizado y limón helado

Platano, te earl grey y oliva negra

Café

 
 
 

lunes, 12 de noviembre de 2012

PANKO: pintxos serios en Bilbao

Andaba yo callejeando por Bilbao y buscando un lugar donde poder despacharme a gusto y desayunar, almorzar o como se llame cuando estas de vacaciones e ingieres alimentos cuando te entra en gana y no cuando el reloj mande. Y en esas que me encuentro con el bar PANKO, que lo llamo bar pero parece ser que también venden pan, un sitio curioso.

Una barra bien surtida
PANKO
Marques del Puerto, 4. Bilbao
www.pankobilbao.com/


Oye y tan feliz, un local guapete, con madera clara, pillo barra con periódico del día que cuando voy solo me la gozo mucho leyendo el país y haciéndome el pogre. Y en esas estoy entre la sonrisa torcida de El roto y el escojono de Forges y veo una oferta maja de 5 euros el pincho y el vino, así que adelante. 


Aquí os dejo las fotos de lo que probé, bastante bueno y vamos, más que pintxos alguno son platos propiamente dichos. No son los típicos pintxos que se encuentran por otros bares más clásicos, tienen toques diferentes. Merece la pena pasar y probar algo diferente.


Huevo 60º con pure de colifro y tallarines de cocido. Toma ya!!!

Carpaccio de buey
Otro pintxito

El combo vino-pintxo 5 euros. Muy bien!!

Salón de Panko

jueves, 10 de noviembre de 2011

Exotismo a la bilbaina - Milagros Sopelana

Hay una norma no escrita (o sino debería haberla) que todo gastroblogero debe respertar. Si comes en un restaurante que quieres comentar en tu blog haz el post antes de cinco días. Si lo dejas pasar se puede quedar en el olvido y olvidar ciertos detalles. Bueno, como en alguna otra ocasión no voy a respetar esa norma.

Este verano, durante mi paso por Bilbao, recalé en casa del Doctor G. gran amigo tanto en lo físico como en lo metafísico. Nos recibió con los brazos abiertos y nos llevo de pintxos "bilbo style". Otro día, como yo llegaba de Asturias y buscaba algo de exotismo fuimos a comer a un garito muy guapo cerca de las playas molonas de la zona.

RESTAURANTE MILAGROS- Carretera de Barrika a Sopelana Calle Bideondo nº, 1 (Vizcaya)

El restaurante me sorprendió por su decoración y su excelente terraza/jardín. Ideal para tomar algo y escaparte a alguna de las playas cercanas. La web muy completa y recomendable, buenas fotos y menú para consultar.

En la pagina web se puede ver el menú, son platos eminentemente latinos con apariciones de productos locales (example: tiradito de navajas) También existe opción de sushi, un guiño a la modernidad y el coolismo quizas.

Colorido y acogedor
Nosotros fuimos a lo latino. En cuanto a los platos... aqui viene el problema, no me acuerdo del nombre de los platos, tenía el ticket pero me deje la agenda en un tren rumano hace un par de semanas con dicho ticket así que dejo fotos y mi sensación general... el menú de la web ha cambiado imagino que al de otoño-invierno.


Nachos

Crujiente por fuera, bueno por dentro. But aint remember!!

Hicimos honor a la tierra

Cochinillo. Muy buena materia prima.


Flor eléctrica
La flor eléctrica, de esto si que no me olvido. Cuando el camarero (servicio atento) nos presentó el plato nos comento que dejaramos la flor para el final que era algo peculiar. Nos acabamos el plato y la probamos... sabor naaaddaaaaa... esto es otra cosa... sensaciones... La flor eléctrica o sechuán proviene del Amazonas y produce una extraña y combinada sensación: un ligero calambre, sedación y alta salivación. 

La sensación dura unos 5 minutos y es realmente curiosa. Se utiliza como limpiador del paladar deja limpias y abiertas las papilas gustativas listas para el resto de sabores, especialmente adecuada tras platos con alta cantidad de grasas.

Dedicado a las feminas

En cuanto al precio, salimos por unos 40 euros cada uno, algo más de lo que se esperaba a priori. Quizas me parecería un sitio más de 30 euros aunque hay que reconocer la originalidad de la carta, el toque cool y que estamos en el País Vasco y los precios en cuanto a lo gastronómico, por mi experiencia tiran un punto más arriba.
Para rematar un g&t de esos que tanto se llevan


Un poco de reposo y luego a la playa


lunes, 29 de agosto de 2011

En el norte se hace mejor II - Bilbao - Restaurante Nerua

Habiendo saciado nuestra gula de percebes dejamos atras Asturias pero antes de acabar nuestro viaje hicimos una pequeña escala en Bilbao.

Las playas y la gastronomía de Asturias fueron geniales, sin embargo, acabas cansandote del sota, caballo y rey aunque en este caso fuera un excelente: percebes, cabrales y sidra. En fin, que uno que se las tira de dadaista y demás... necesitaba un poco de vanguardia. Así que llame a mis tios los forraos, que viven por la zona y se encargaron de reservar mesa en Nerua, el restaurante de alta cocina del Museo Guggenheim.

Restaurante NERUA - Avenida Abandoibarra, 2 - Bilbao

Tras subir las alargadas escaleras entramos en el recibidor del restaurante Nerua. Allí nos encontramos de frente con la cocina y sus integrantes trabajando. Había unas 10-15 personas, todos ellos muy majetes. Se trata de una cocina totalmente abierta y visible que nos enseñaron antes de ocupar nuestra mesa. Según nos comentó el chef, las zonas de trabajo estan separadas según temperaturas a pesar de que no hubiera división física, lo cual había exigido un diseño y equipamiento especial. Una vez que nos tiramos el rollete con el chef nos comentaron que podíamos tomar un aperitivo en la terraza,  así que aprovechamos.

Tomamos un coctel basado en martini rosso que estaba sensacional y unos snacks, como veís el más divertido era las raspas de pescado. Aquí los puristas se tirarían de los pelos, pero eran curiosas y con la salsa estaban muy buenas. El coctel perfecto. Aprovecharon para acercarnos la carta y una vez aconsejados fuimos eligiendo. Serían tres entrantes (medias raciones) y un segundo (también se pueden pedir medias raciones dependiendo de las ganas cada cual). 


Pasamos a la sala con un diseño limpio y minimalista, las mesas estaban vestidas unicamente con un mantel blanco y posteriormente colocaron todo el instrumental. Olía a vanguardia por todos lados!!!! :-)


Infusión de Parmesano (30 meses) cuajado, lagrimas de trufa, pan crocante y sisho verde. Uno de los entrantes que más nos gusto, había dos texturas, la primera y marrón que se trataba de una especie de infusión de trufa y la segunda, situada en la parte de abajo, que se trataba del parmesano cuajado.



Cebolla blanca (dulce), fondo de bacalao y pimiento verde. El plato de la discordia. La verdad es que no mentían, era cebolla, cebolla tal cual, in your face. Un plato bastante arriesgado.


Eso si, una cebolla dulce muy aromatizada, pero que al fin y al cabo es una cebolla y a pesar de la suavidad y los ligeros toques no convenció. Tal es así, que la señorita de la mesa se dejo bastante de su ración. Detalle que no paso desapercibido al jefe de sala. Nos trajeron otro plato de cebolla, prometiendo que sería mejor. Bueno vale, quizas no tan picante, no tan fuerte... pero era una cebolla que no había triunfado demasiado así que volvimos a probar buscando el cambio (era más suave, cierto es) pero allí se quedo la mitad de la cuarta cebolla. Retiraron el plato mientra prometían venganza y no olvidar.

Hebras de berenjena asada, "makil goxo" y yogur de aceite de olivos milenarios. Sabores muy muy suaves y sutiles, el yogur de aceite aportaba más sabor.

 

Tomates en salsa, hierbas aromáticas y fondo de alcaparras. Aquí llego la venganza del "onion incident". Ya que la cebolla no había gustado nos obsequiaron con un entrante, a cada uno, que consistía en estos curiosos tomates. Sin duda fue uno de los platos más divertidos de la noche. Se trataba de pequeños tomates cherry pelados y rellenados con una infusión, cada tomate tenía una infusión de una hierba diferente, por lo que se tornaba en un juego de adivinar la hierba de que se trataba.





Uno de los primeros platos de El Bulli en el que buscaban interactuar con el cliente se trataba de algo similar, aunque más directo. Un plato con una fina gelatina y doce especias o hierbas diferentes dispuestas a modo de agujas del reloj. El comensal debía intentar adivinar y apuntar el nombre de cada elemento.

Rodaballo con nabo, caldo de perejil y legumbres. Gran plato, tanto por la elaboración como por la materia prima.


Macarrones, cerveza, fresa, calabaza, te earl grey, manzana, almendra y café. Su versión de los macarrons franceses en formato mini. Según nos dijeron: "el postre más efimero que vas a probar en tu vida". De nuevo, no mentían, su versión de los típicos macarrons se deshacía en la boca y tenían un gran sabor. Un postre gracioso.


Valoración: en mi opinión fue una gran cena, naturalmente, cuando vas a este tipo de restaurantes hay que ir libre de prejuicios. Fueron platos muy interesantes, mis favoritos la infusión de parmesano, los tomates y el rodaballo. El postre fue sorprendente por la textura y el intentso sabor. La cebolla, se trataba de un plato demasiado arriesgado que para mí no funcionó. Pero bueno ya se sabe, esto es vanguardiarrrrrrr!!!!!!!!!!

El servicio genial desde el primer momento, correctos, cercanos y muy amables. No es uno de esos sitios en el que tantas atenciones te hacen sentir incomodo si no que hay mucha naturalidad a pesar de que se guarden ciertas normas que un sitio de esta categoría exige. El plato de la venganza es un buen ejemplo. Una experiencia muy interesante en buena compañía.

La cuenta??? Si bueno... yo es que soy estudiante, sabessss?? Que pague mi tio que lo tiene por castigo... Cuidarse!!!!!