lunes, 30 de septiembre de 2013

Cebichería La mar by Gastón Acurio

CEBICHERÍA LA MAR
Av. La Mar 770, MirafloresLimaPerú
Cebichería by Gastón

Me desperté presuroso con la idea de que algo debía hacer en mi primera mañana en Lima. Salte de la cama y miré a mi alrededor. Teniendo en cuenta las vueltas que daba la habitación, el caos de ropa por los suelos y las cervezas medio vacias sumadas a la humedad en el ambiente se podría haber dicho que estaba a bordo del Pequod en plena persecución de Moby Dick. 

No negaré que se puedan trazar paralelismos, yo también estaba persiguiendo a mi ballena blanca particular, aunque mi meta era engullir todos los platos posibles en la capital peruana y no malgastar ni una sola comida o cena en banalidades  Por suerte, en este viaje gastronómico la compañía sería mucho más agradable que la del capitán Ahab. 


Rápidamente nos ponemos en marcha, taquicardias, angustias, mareos son vencidas por nuestra determinación y saltamos al primer taxi que vemos, e intento rebajar infructuosamente el precio. Necesito al negociador jordano que suele andar por aquí, pero debió perderse en la noche solo silencios y frios sudores. Salimos del taxi y tras doblar un poco el espinazo y dar unas vueltas de reconocimiento nos internamos en la amurallada cebichería como si Gastón quisiera proteger las raices de lo patrio. La cebichería La Mar luce gris como todo durante esos 3 días en Lima bajo el cielo plomizo que nos acompaña fielmente.



Mientras entramos vemos la larga barra, la cocina al fondo y una sala muy abierta, como esperando que nunca fuera invierno, sin embargo lo es. Me gusta el ambiente desenfadado, la organización, eficiencia estudiada y los platos que no paran de salir de la cocina. Sin duda, un jugo de cebada será lo indicado para librarnos por fin de estos persistentes dolores.

Y para comer? En Lima y en casa de Gastón sería un crimen no probar el ceviche. Pienso en la idea de una degustación de 5 variedades de cebiche pero parece que no todos los estomagos están tan receptivos a la curiosidad culinaria, así que un clásico cebiche servirá. Para aquellos estómagos resentidos y menos dispuestos a la amalgama de pescado con cítricos... un arroz chaufa (para los snobs no prometía demasiado).

Snacks
Snack por cuenta de la casa para matar el hambre y llega un buen cebiche que sin duda cumple los canones de los más papistas, fresco y con el punto justo de cítricos. Toques crujientes de la fina cebolla y pescado exquitiso. 

Por otro lado, un bol de arroz del que comería media China que resulta delicioso. Una ración tan buena como generosa que por suerte podemos llevarnos a casa ya que la cantidad desborda con creces los apetitos del día después de la batalla.

Cebiche con B de Gastón



Y tras esto, rapidamente, pedimos la cuenta que resulta a unos 15 euros por persona, lo cual a pesar de lo frugal del menú plato y bebida me parece correctísimo. Sin duda, visitara estos lares más a menudo no dudaría en echar el ancla por estos puertos y dejar en paz a la ballena.

Postre obsequio de la casa

1 comentario:

  1. Muy buen relato , sí señor, así empiezan los días buenos que siguen bien después de una buena y sana comida.

    Abrazo desde Bruselas .Aquí también gris.

    Chema

    ResponderEliminar